Una se cansa de sentir siempre las mismas cosas, contar las mismas historias y acabar con los mismos finales. Una se cansa de prever sus días, de entender que no cambiará nada, que la medianoche no prolongará la hora, que el invierno seguirá viniendo, que lo que deseas seguirá sin cumplirse y que los planes seguirán fallando.
El destino nos pone a prueba, trata de hacernos caer cuando todo esto nos cansa, trata de que nuestra sonrisa flaquee, de que las lágrimas lleguen y las esperanzas vuelen.
Pero lo que no sabe él, es que ni siquiera eso es tan fácil. El ser humano tiene la capacidad de levantarse ante las adversidades, puede que sea el instinto de supervivencia, las ganas de plantarle cara al mundo o la vergüenza, no importa el por qué lo que importa es que al final por mucho que te cueste, por mucho que quieras quedarte tirado esperando no se sabe a qué, te levantarás porque uno no puede quedarse en el suelo eternamente.
Para el que no le resulte fácil deducir que hoy estoy cansada y también que es probable se deba a los días que han precedido, lo aclararé, sí, estoy cansada y si, ayer fue la gota que colmó mi vaso. No soy una mártir tengo una vida estupenda y maravillosa, con montones de detalles estupendos y maravillosos, pero también la gente afortunada se cansa. Bueno lo dicho que estoy cansada, llamémoslo sino.
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