martes, 1 de noviembre de 2011

Feliz no cumpleaños










Ya van 19 velillas y cómo pesan, quién lo diría, yo, que siempre quise mudarme a nunca jamás aquí sigo avanzando pasito a paso de la mano del tiempo, que no concede tregua alguna. Supongo que hoy es una ocasión especial y que debería redactar algo que merezca la pena, pero lo cierto es que hoy, como últimamente, me encuentro escasa de inspiración y de tiempo. Estoy inmersa en proyectos que no tienen que ver conmigo directamente pero que si repercuten en mi de algún modo. Quiero lograr algo, hacer algo útil con lo que puedo ofrecer, necesito que merezca la pena pasar por la vida, no quiero arrepentimientos a menos que sean de intentos que salieron mal y no del resultado de la cobardía. Todos saben lo que significa crecer, que vengan las responsabilidades, las ganas de comerse el mundo, la decepción de sentir que se escapan los segundos entre los dedos sin que puedas hacer nada para evitarlo. El querer hacer las cosas bien pero al mismo tiempo exigirse a uno mismo saltarse las normas, porque la vida es demasiado seria, a veces.
La mejor y la peor parte de cumplir años es que te feliciten, los hay que ni te importan ni les importas y que por cumplir te desean un buen día y te mandan besos y abrazos, pero por otra parte logra que esas personas con las que no puedes tener tanta relación, al menos, una vez al año, se acuerden de ti y se decidan a llamar. Es por esto que siempre el 1 de noviembre me deja una sensación agridulce en los labios. Siempre he pensado que el día en que naciste no vale más que para fingir un poquito más, no quiero más llamadas si te importo de veras deséame felicidad sin siquiera pronunciarlo, me basta con que durante unos instantes tus pensamientos hacia mi sean buenos de corazón.
No tengo más que decir, bueno si como dice mi madre.

“Pásatelo bien, pórtate bien.
Se buena, se feliz, llegaras a donde quieras y más.”
-       Amor de madre.


Feliz no cumpleaños, para ti, para mí.

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