miércoles, 7 de septiembre de 2011

Lo que nos separa

Tengo la suerte o la desgracia de tener gran parte de mí al otro lado del charco. Resulta que el curso de la historia decidió colocarnos en lugares distintos, prácticamente en dos mundos, no opuestos pero sí muy diferentes. Gioconda Belli enunció sabiamente que uno no escoge el país donde nace; pero ama el país donde ha nacido. Uno no escoge el tiempo para venir al mundo; pero debe dejar huella de su tiempo. Y tiene mucha razón, pero eso no hace que duela menos, ni cambia el que me hubiese gustado que las cosas fuesen diferentes. Sé que debo dar gracias por encontrarme donde lo hago y contar con las personas que cuento, pero siempre me faltó algo y es que hablando en porcentajes, tengo hueca una cuarta parte de mi ser.  
En esta era de tecnología y desarrollo todavía no se ha encontrado el remedio a kilómetros que escuecen, a distancias que parecen inquebrantables y a una ley del espacio tiempo que se me hace injusta.
Dicen que me parezco a ti, que soy la que más me parezco, no solo por fuera, en la cara, en los gestos, sino por dentro, dicen que tenemos un alma más libre, más rebelde, que nos gusta pretender ser otros, que tenemos otra actitud, otra forma de ver las cosas. Ahora sé que compartimos más, que no solo nos une la genética y las ganas de que así sea. El sino escogió por nosotras, no nos dio elección, pero quiero que me conozcas como soy, puede que como ninguna de las otras lo haya hecho, porque ellas, me tienen demasiado vista, porque pienso de otro modo.
Creo que estoy un poco loca, pero no de manera preocupante, como ya sabes me gusta expresarme a través de la escritura y se me da mejor que el cara a cara, aun así no me cuesta relacionarme, me puedo pasar horas enteras en las nubes, disfruto y me frustro imaginando historias pasadas y futuras que ni tuvieron ni tendrán lugar, soy algo maniática, me gusta la moda, el olor a lluvia, las canciones de autor, el chocolate, pintar con tizas de colores en el suelo y salir a bailar. Me considero buena amiga, hay quien insiste en que escogí la carrera equivocada instándome a que sea psicóloga o trabajadora social, algo que de vez en cuando me sigue atormentando, me fascina hacer planes y planes y siempre quiero llegar a todo aunque al final me quede por el camino, me agobio y me des agobio con facilidad, me fascina ir en transporte público, mirar a mis compañeros de viaje o leer con la música alta, no soy deportista por culpa de la pereza, me cuesta hacer las cosas, pero de pronto tengo brotes de hiperactividad, soy algo cursi y a veces incluso demasiado empática, no puedo mostrar mis emociones en público y no me gusta que la gente sea excesivamente emotiva, tampoco que hablen para los demás, para que quede bonito. Tengo la mente muy abierta y por suerte amigos de todo tipo. No puedo con la falsedad, ni con que hablen a las espaldas, no soy cotilla pero si me gusta estar informada, trato de ser sincera, pero no si hago daño, tengo secretos como todos y mucha imaginación. No me oculto pero se me hace difícil mostrarme como soy. Me encanta hacer regalos sin motivo y sonreír, sí me encanta sonreír y que me sonrían y los disculpen, por favor y gracias.
Te preguntarás a qué viene esto, pues es sencillo como la mayor parte de las cosas que aquí dejo a nada a que simplemente me vino solo, no sé llámalo inspiración, a, b o c, o ni lo llames, es algo para ti, de mi para ti.
Qué lástima no se me ocurre ningún final brillante, ninguna frase culminante  para terminar esta obra nada maestra, bueno sí, decirte que te quiero con locura a pesar de todos los contras, que desearía tenerte aquí conmigo, formar parte de tu vida y que tú formases parte de la mía.
D.

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